Los colegios se encuentran tristes y desolados. La pandemia los ha confinado a salones virtuales.

Hoy más que nunca los Pequeños Miravalle y sus Queridos Maestros valoran la hermosa relación de la enseñanza-aprendizaje.

Pero muy pronto volverán a las aulas. Será un reencuentro emotivo y muy, muy emocionante.

A través de sus clases en línea, este curso escolar, los maestros recibieron felicitaciones en su día.

La celebración por el Día del Maestro, se la debemos al presidente Venustiano Carranza, quien en 1917, a iniciativa de los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca, decretó que el 15 de mayo se celebrara a los maestros de nuestro país.

El Día del Maestro surge a la par de la Constitución de Querétaro de 1917. Dirigido por el presidente Venustiano Carranza, el nuevo Estado surgido de la Revolución, comprendió la importancia de implantar  la enseñanza escolar por el bien y engrandecimiento de la nación.

Por este reconocimiento, se expuso, en la tribuna del Congreso, la iniciativa de rendir un merecido homenaje al magisterio nacional, instituyendo un día del año para festejarle.

El 23 de noviembre el presidente Carranza expidió el decreto mediante el cual se instituía el 15 de mayo como el día dedicado al magisterio dentro del calendario cívico nacional. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de diciembre de 1917, el documento también establecía que: “En esa fecha deben organizarse festividades culturales que realcen la importancia y nobleza del papel social del maestro”.

Esa nobleza y dedicación ha quedado de manifiesto hoy más que nunca.

En estos meses de Covid-19 los maestros se han asegurado que sus alumnos reciban todos los días los aprendizajes esperados mediante estrategias inimaginables, convirtiéndolos junto al personal médico, los grandes héroes de esta historia.

Los Profesores Miravalle son ejemplo de entrega y compromiso. Cuidan el conocimiento, pero también  se ocupan de la salud mental y emocional de sus queridos niños y jóvenes.

Los Pequeños Miravalle agradecen la noble y amorosa labor de sus queridos e inolvidables maestros.

¡Miravalle ansía ese añorado reencuentro!